jueves, 5 de marzo de 2015

Educación Pública Gratuita


En esta ocasión quiero llamar su atención sobre un pequeño libro que encontré hace ya dos años cuando caminaba por los pasillos de la librería del Fondo de Cultura Económica, en la Candelaria. Me refiero al libro de Zygmunt Bauman: Sobre la educación en un mundo líquido (Conversaciones con Ricardo Mazzeo- Editorial Paidós Estado y Sociedad 1ª Edición enero de 2013).


Los lectores y seguidores de Bauman reconocerán el adjetivo “Líquido” como aquel empleado por él para referirse a un  mundo y una sociedad en donde vivimos de forma tan rápida que los procesos personales y sociales importantes no tienen tiempo de consolidarse, permaneciendo a nuestro pesar, en un  estado líquido que se nos escapa de las manos.

Bauman menciona una vida líquida, un amor líquido, una educación líquida, para subrayar que la vida, el amor y la educación no tienen tiempo para consolidarse en nuestra sociedad actual: Si el amor no me satisface, no me voy a tomar un tiempo excesivo esperando a que “cuaje”, mejor cambio de amor. Si la educación no me da los resultados que espero, mejor cambio de carrera o me dedico a algo más lucrativo antes de perder mi tiempo…. son algunas de las reflexiones que los jóvenes se hacen sobre lo “líquido” de nuestro mundo.

Alguna vez leí en Twitter un trino de una persona joven en el sentido de que no quería más “miedo líquido” burlándose de Bauman. La verdad es que en nuestra era el miedo y el desencaje social sí han tenido tiempo para consolidarse y el miedo al fracaso es latente.

Quiero empezar por transcribir una parte del texto en la contra-carátula del libro:

Enfrentados al desconcierto propio de nuestra sociedad líquida, muchos jóvenes sienten la tentación de quedarse al margen, de no participar en la sociedad. Algunos de ellos se refugian en un mundo de juegos on-line y de relaciones virtuales, de anorexia, depresión e incluso drogas duras, pretendiendo con ello protegerse de un entorno que cada vez más se percibe como hostil y peligroso. Otros adoptan conductas violentas, uniéndose a bandas callejeras y al vandalismo protagonizado por quienes excluidos de los templos del consumo, desean participar en sus rituales.

El libro es pues una recopilación de conversaciones sobre la educación y los problemas más comunes de la juventud en el mundo actual.

El título que he puesto a este blog se refiere precisamente a una de esas conversaciones (Cap. 11, pag. 75), pero particularmente a este párrafo, tomado ( Cap. 9, pag. 66) … a manera de ejemplo, y escrito por un tal Sal Abdin, consejero de mercadeo:

Si lo que usted va a vender son taladros, escriba un artículo sobre la manera de hacer mejores agujeros. De ese modo conseguirá muchas más ventas de las que conseguiría escribiendo publicidad sobre taladros……¿comprende lo que quiero decir? Venda los beneficios de un producto y luego el producto se venderá solo. Lo que en verdad debe hacerse es enfatizar lo que el producto puede conseguir para que la vida del comprador sea mejor, más fácil, más rápida, más feliz, más exitosa…

Como podrán adivinar el “producto” que quiero vender es: La Educación. Y con mayor grado de ponderación: La Educación Gratuita. Advirtiendo que hoy en día los beneficios de la educación no son suficientes para venderla.

Este producto, que en otra época era considerado la piedra angular del éxito, ya no lo es. Hoy la generación de los ni-nis (jóvenes que no tienen ni empleo, ni educación) pueden tratar de obtener  los mejores pergaminos educativos, pero ello no les garantizará  encontrar un empleo adecuado y bien remunerado con el cual cimentar su proyecto de vida. Y mucho menos pagar su educación si la obtuvieron a crédito. Por otro lado, el producto de la educación se ha vuelto costoso y elitista: En Colombia, una carrera profesional puede costar entre $80 y $150 millones en matrículas en una universidad privada de regular calidad. Podrá costar entre 150 millones y $220 millones en universidades de primera línea. (Las universidades Colombianas de primera línea ocupan lugares entre los primeros 50 puestos a nivel latinoamericano según algún ranking publicado por estas mismas universidades).

El recién graduado tardará recuperando el costo de su educación entre 5 y 6 años, asumiendo que pueda ahorrar la mitad de su salario y sin incluir los costos de  manutención (alimentación, vestido, textos, transporte, etc.) que no hemos tenido en cuenta.

Habrá quien piensa que $150 millones bien pueden servirle para iniciar un nuevo pequeño negocio gracias a una idea “brillante” que viene acariciando desde hace rato. El problema es: si no estudia,  sus posibilidades de conseguir ese pequeño capital son cada vez más lejanas.  Por ello se dice que al ni-ni siempre le queda la opción de jugar a la lotería, como un atajo para acercarse a su “éxito”.

Lo que aquí quiero reflexionar en sus posibles respuestas es: ¿cómo vender los beneficios de la educación en general, y de la educación gratuita en particular? Nos recomiendan los consejeros en mercadeo hablar de las bondades del producto para que este se “venda” solo.

Algunas de estas bondades que se otorgan, por ejemplo, en el Sena a los aprendices, son:

1-Eduación totalmente gratuita
2-Oportunidad del primer contrato de trabajo o contrato de aprendizaje.
3-Educación por ciclos propedéuticos que permita alcanzar el ciclo profesional en un nivel avanzado. (los convenios con universidades permiten a los tecnólogos del Sena iniciar carrera profesional en 6º o 7º semestre.
4- Alcanzar una carrera profesional pagando en una universidad con convenio, entre 3 y 4 semestres únicamente.
5- La educación gratuita es un factor clave en la movilidad y  la inclusión social.

Por supuesto salir del Sena con un título de tecnólogo y llegar a una universidad matriculado en una carrera profesional para continuar en 6º o 7º semestre, debe ser algo así como entrar a cine para ver una película de misterio ya empezada y que lleva 40 minutos de proyección: hay que deducir rápidamente la trama y los personajes, o corremos el riesgo de no entender nada y perder nuestro tiempo y el valor de la boleta.

Lo anterior, debe y puede ser superado con una educación gratuita de calidad. Si garantizamos este importante elemento de la calidad, entonces no habrá necesidad de jugar  ni de arriesgarse a ser un joven ni-ni con la esperanza de que una lotería lo saque de afanes económicos.

La educación gratuita y pública es una solución, pero no debe perderse de vista que los empleadores actuales no están dispuestos a cambiar sueldos por títulos académicos, ni tampoco olvidar que las universidades privadas siempre estarán dispuestas a “hacerle el feo” a la educación gratuita, haciendo su producto de educación “privada” más costoso, más elitista y excluyente y más deseable para las familias que quieren que sus hijos tengan carreras “exitosas”.

Hablar de educación privada es contradictorio, en un mundo donde la educación debería ser pública y con cobertura universal.
Como experiencia exitosa en Latinoamérica debo mencionar  el caso de Brasil, en donde la Universidad Pública (USP – Universidad de Sao Paulo) es la de más alta calidad comparada con las privadas de ese país. En México se inició por el mismo camino pero hoy la UNAM pierde posiciones ante el Tecnológico de Monterrey. Lo mismo nos pasa en Colombia con la U. de Los Andes ante la Universidad Nacional… y los precios de las matrículas seguirán subiendo.

martes, 13 de enero de 2015

Reflexiones sobre la educación, la vida, el éxito y el fracaso.

Por: Jorge A. Betancourt R. 
@betancourtja





Hace algunos años me encontraba inmerso en la lectura de un libro llamado “Play to Win – Choosing Growth over fear in work and life”  (Jugar para Ganar – Escogiendo crecer antes que el miedo ante la vida o en el trabajo). Escrito por los sicólogos Larry y Hersch Wilson ( Bard Press Inc – Mayo 2000, ISBN 1-885167-31-8). En uno de sus capítulos contaba que a una conferencia para vendedores estrella se invitó al dr. Victor Frankl, el reconocido padre de la logoterapia y la sicología cognitiva y más conocido aún por ser el autor de “El hombre en busca de significado”, fruto de su vida y experiencias en una campo de concentración Nazi, y en donde fue testigo impotente de la aniquilación de su mujer y sus hijas… sólo el pudo sobrevivir.

El dr. Frankl, sólo pidió para su conferencia un tablero amplio y tiza (ya casi en desuso), en donde dibujó la gráfica que vemos a continuación:



En el eje horizontal, a la derecha, escribió la palabra ÉXITO, en el extremo contrario la palabra FRACASO.  En el eje vertical arriba escribió la palabra SATISFACCIÓN, y abajo, FRUSTRACIÓN.

Hecho este dibujo, empezó interrogando a la audiencia sobre cada uno de los cuadrantes que así se formaron:

Cuadrante ÉXITO - SATISFACCIÓN; conocemos personas exitosas, y la gran mayoría de personas exitosas que conocemos son así mismo personas satisfechas; de sus logros, de sus realizaciones y de su propia vida personal. La satisfacción de un individuo exitoso es correlativa a su éxito. Este cuadrante no mereció mayor comentario.

Cuadrante ÉXITO – FRUSTRACIÓN; ¿es posible que una persona exitosa se deprima? Por supuesto, muchas personas exitosas que conocemos sufren reveses del destino que nunca alcanzan a superar, mientras lo logran deben vivir en este cuadrante.

Cuadrante FRACASO – FRUSTRACIÓN; es claro que muchas personas que han fracasado en sus vidas viven muy deprimidas, tanto que muchas de ellas optan por el suicidio. Este cuadrante también resultó bastante obvio para los asistentes.

Cuadrante FRACASO – SATISFACCIÓN; pero cómo es posible que una persona fracasada esté, de alguna forma satisfecha con su vida?  Para demostrar que estas personas existen, el dr. Frankl leyó tres cartas, cada una estaba llena de un profundo sentido de la satisfacción y significado, pero la sorpresa apareció cuando se supo que los autores de las cartas eran personas que estaban en la “fila de la muerte” esperando el turno para su  ejecución en alguna prisión de los Estados Unidos, y aunque sus vidas estaban bien lejos de considerarse vidas exitosas, por el contrario tenían un gran sentido de la satisfacción y el logro.

Esta paradoja sirvió para abrir los ojos de los asistentes, también para hacer ver a las personas un poco más allá de la simple dimensión de la línea ÉXITO – FRACASO ,  y dejó en claro que el sentido del logro y la satisfacción son una dimensión bien separada del éxito- fracaso. 

El sentido del logro y la satisfacción proviene de la respuesta a preguntas como: ¿Quién soy?, ¿por qué estoy aquí?, ¿Cuáles son mis objetivos o metas en la vida?

Existen personas a nuestro alrededor que sienten dolor. Sienten dolor porque ponen toda su energía en ser exitosas- y no lo están logrando.  Tampoco logran la recompensa y satisfacción prometida por el éxito. No saben entonces qué hacer, pues piensan que el juego es solamente acerca del éxito, no se dan cuenta que este es solamente una parte de la ecuación.


Frankl escribió que el sentido del logro y la satisfacción provienen de tres posibilidades:

-La primera es sobre la creatividad y el trabajo con significado.

-La segunda es sobre las relaciones y el amor.

-La tercera, aun cuando se es confrontado por un destino negativo, es ser capaz de cambiar nuestra actitud hacia ese destino. Lo que el denominó: cambiar el sufrimiento en un triunfo humano.


Si pensamos un poco más, veremos que todos, sin excepción, los seres humanos estamos en una especie de “fila de la muerte”, pues todos estamos condenados a morir y simplemente esperamos nuestro turno. Nos diferenciamos de los condenados a muerte que esperan su hora en algunas prisiones, en que ellos tienen sus días contados, y saben que su sentencia de muerte señala el día y la hora en que deben ser ejecutados. Pero todos tenemos nuestros días contados aunque no queramos verlo así.

Los seres humanos, tenemos la certeza de que moriremos, pero no somos muy coherentes con nuestro éxito o fracaso en la vida. Esto es más crítico cuando observamos las personas que han sido declaradas pacientes terminales, y que de cierta forma saben que sus días están contados y que su momento de muerte aunque incierto, está muy cercano. También están condenados a una muerte inminente por motivos de salud.

Un trabajo  con sentido,  unas relaciones interpersonales  significativas, y la habilidad para poder cambiar y controlar nuestras actitudes y sentimientos de cara a lo que la vida nos pueda traer y a nuestro propio destino. Este es el camino hacia el logro y la satisfacción.

Es un enfoque de vida más profundo y enriquecedor que aquel de tomar simplemente el camino del Rey Midas, sin embargo ese camino requiere trabajo y esfuerzo.

He escrito estas líneas recordando lo que leí y pensando en la educación, educación de nosotros mismos a través de nuestras vidas. Sin importar nuestra suerte o nuestro destino debemos tener la habilidad para cambiar nuestros sentimientos y poder llevar a cabo nuestro trabajo con sentido teniendo además unas relaciones significativas y valiosas en nuestro entorno.

Sugiero, que todos nuestros estudiantes puedan tener claros estos objetivos y pensamientos.

No les pedimos que sean estudiantes “exitosos”, les estamos pidiendo que todo lo que hagan o emprendan tenga un significado para sus vidas, que puedan tener un relacionamiento con sus familias, amigos y pareja, con alto significado y respeto por los demás, les pedimos que en su trabajo busquen el significado que les permita llenarse del sentido de logro y satisfacción. Una vez conseguido esto, creo que el éxito debe ser una consecuencia inmediata de todo lo anterior. Y si no lo hay, debe existir en todo caso, una tremenda satisfacción y la capacidad para seguir intentando el éxito.


Bogotá, Colombia